viernes, 17 de febrero de 2012

Cuentos...soleados

Serían las doce de la noche cuando me di cuenta que en las últimas 24 horas no había bebido agua...
Busco su sabor, como siempre, en los hielos del tinto de verano, en el picadillo de las caipirinhas y hasta en algún trago rico en cloro dado en la piscina. Nada de esto funciona, es como si alguien me clavase agujas en el cerebro…lo que algunos tecnicistas hacen llamar "dolor de cabeza", yo, prefiero llamarlo predisposición a la desgracia.
Y la desgracia llega rápida y veloz en forma de sobrino: “Tío, cuéntame un cuentooooOOO”. Intento zafarme ¿No se ninguno? ¿No vas al colegio para evitar esto? ¿No te regale libros y cuentos por tú cumple? Se defiende argumentando que con mis cuentos puede escoger al protagonista…y claro con esa carita y eso ojitos que me pone…escoge y escoge: “El Batman blanco”.
– ¿El Batman blanco? –el niño asiente con una mordida sonrisa. Mentalmente, tiemblo en pensar en un sobrino madridista y eso no, no ha podido pasar en mi familia. Empiezo a buscar un héroe blanco…y mi ingenio solo me conduce a trasladar la historia a Copito de Nieve y mezclarlo con un famoso murciélago pero albino así que sitúo la historia en el Zoo de Barcelona, pero rápido el niño aclara: “El Batman blanco, tío!, Benedicto XVI, que va a Madrid a salvar España de la crisis de relativismo”….silencio!
Deduzco entonces que ha estado charlando con los hijos de los vecinos, con los once! hijos del vecino. Unos días antes les vi jugando a bautizarse en la piscina y dice mi hermana que van por ahí disparando con pistolas, que su padre les hace creer que van cargadas de agua bendita. Benditos todos ellos. Por lo que he podido deducir, los ha convertido en una especie de comando Delta Force de evangelización, un batallón de cristianos de choque o algo así.
Espero que a este manguan que tengo por sobrino no me lo hayan intoxicado. Y lo espero durante poco tiempo porque el niño aclara: “Tío, cuéntame cuando el Batman blanco limpia Sol de perroflautas (pausa, mirada)…como tú”.
Si no me doliese la cabeza de ese modo, me cabrearía, pero opto por lo práctico: doy al niño por perdido y empiezo: “El Batman blanco tiene el papamóvil aparcado en la papacueva de orooo blanco cuando recibe un aviso de “Esperanza” que un grupo de jóvenes que no canta Alabaré está intentando tomar la Puerta del Sol”. El niño sonríe complacido. Murmura algo así como: “Ahora veréis la cólera de Dios, ninis”. Yo que soy un tío modelo puedo consentir que el niño tenga fe, incluso un ídolo, pero que tire por el Antiguo Testamento, eso no. Le doy una vuelta a la historia para probarle: “Entonces el Batman blanco llega a la asamblea de Sol, pide el turno de palabra y establece un diálogo con los indignados para alcanzar un consenso...”.
El niño se vuelve loco, se retuerce y me pregunta si estoy satisfecho con la crisis moral en la que vive España, en la que nadie se indigna con los que niegan a Jesucristo. Yo respondo que en Sol hay muchos cristianos de base, de los que no van por ahí disparando agua bendita. Él me mira con odio, se da media vuelta, se aleja y amenaza: que Dios nos pille confesados.
Me sirvo un Macallan sin hielo, único para el dolor de cabeza, pongo un disco de Johnny Cash y miro al cielo. Veo brillar las estrellas que allí son soles. Sé que siempre están ahí, pero sólo reparo en ellas cuando estoy de vacaciones. Espero que a mi sobrino le ocurra lo mismo con su Batman blanco... Creo que no me arriesgare así que mañana el cuento se lo contaré en el jardín, le serviré un Macallan con galletas y él solo comprenderá que Dios se llama Johnny Cash y que es mejor que no nos pillen confesados nunca. Si todo va bien es posible que me pida otro trago…por el relativismo..

2 comentarios:

  1. Pues tendré que hacerte una visita con cocoliso para que lo hagas del atleti, escuche tus cuentos de antihéroes, aprenda a apreciar a Johnny Cash y meriende galletas, el Macallan ya si eso se lo atufa la madre....

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  2. Es muy fácil llegar...sigue las señales de humo que te guian al calderón, gira hacia donde más brilla el sol y cuando empieces a oir cocaine blues...ya tendras preparado el macallan con dos hielos. Habras llegado al campamento

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