martes, 28 de febrero de 2012

Memoria, rojo carmín

Por fin la historia ha hecho un guiño, brinda una pequeña victoria a intelectuales y artistas de otra época, pero sobre todo y para mi se lo brinda a miles de españoles anónimos. Hombres y mujeres que están y otros tantos, muchos más, que desgraciadamente ya no. Por fin, una bocanada de esperanza para los que tuvieron un sueño y nos enseñaron a soñar. Por fin, un punto en el apoyar los gastados bastones para aquellos que formaron parte de un soplo de libertad.

Hombres y mujeres que soñaron con una España más moderna, más justa, con más derechos y libertades, para todos. Vencidos fueron los que se negaron a seguir teniendo un país pobre, analfabeto y enquistado en tradiciones que no le permitían avanzar. Una patria siempre cercada por una todopoderosa religión.

Pero aquel lindo sueño duro apenas nueve años. Para muchos, los vencedores, una pesadilla demasiada larga. Y es que aquel sueño no estaba preparado para todos. Ellos convirtieron la España de los años treinta en un polvorín con demasiados miedos y odios, demasiada miseria y rabia. Demasiada ignorancia.

Aquel fue el sueño de muchos. Y por intentar hacerlo realidad y defenderlo sufrieron cárcel, exilio, derrota y humillación.

Yo me aprendí ese sueño. Me lo conto una historia que no pude escuchar por quien fue vivida.

Contaba mi abuela a su hijos y sus hijos a su nietos…que el día que se proclamo la segunda república había miedo, mucho miedo pero también tanta y la misma ilusión. En medio de aquella incertidumbre, ella opto por la ilusión, por soñar. Se puso su mejor vestido, el que entonces era de los domingos, se pinto los labios con rojo carmín y salió de casa dejando atrás un padre temeroso y una madre angustiada. Tenía un sueño y lo iba a cumplir.

Dicen, los que tuvieron la suerte oírlo contar años después, muchas penurias y lagrimas después, que siempre se le humedecían los ojos y siempre, siempre lo contaba igual…porque necesitaba contarlo igual, necesitaba que la aprendieramos…

Nosotros hijos luchamos y todo lo perdimos: la palabra, el voto, la vida, la paz. Fuimos los desahuciados para siempre, los olvidados y sepultados en la arena.
Nosotros, fuimos vencidos y ya para siempre hijos bastardos de la madre patria, expulsados para siempre del paraíso, obligados a marchar a otras tierras, a cantar canciones que no eran las nuestras, a venerar ídolos que no eran los nuestros, a hablar otras lenguas que no eran las nuestras.
Nosotros hijos soñamos y perdimos: el hogar, la patria, el futuro, la esperanza… no tuvimos ni perdón, ni justicia, ni reparación… Sólo olvido: olvido de tierra, de ruinas, de fosa. Olvido con piedra, en cárceles y muros.
Nosotros perdimos y no tuvimos nada más que memoria, recuerdos y un legado obligado para vosotros. Un legado para que los nombres de los nuestros no se borren en una historia empeñada en no nombrarnos.
Nosotros los que todo perdimos, tenemos un sueño.

Y esa es la mejor herencia que nos pudo dejar; en el armario un vestido para los domingos, en el baño un pintalabios rojo carmín, en el corazón un sueño que soñar, en la cabeza una historia que contar, en la memoria mil sueños que mantener y otros tantos amigos que encontrar y recordar…

Por esa historia que jamás pude oír de los labios rojos de mi abuela, por todos aquellos que tuvieron el mismo sueño y nos han enseñado a soñar….gracias Sr. Garzón por intentar que los nombres no se sigan borrando, que tantos sueños no se sigan perdiendo.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Semántica o Conjugación

Ayer viendo las noticias…y no lo hice por masoquismo, llegue pronto a casa. Pasaban ante mí, noticias de sucesos, desgracias, las mismas de todos los días y eso que todavía no habían empezado los deportes. Cuando de repente el gran hermano de Orwel, puso ante mi ejercicios de la policía del estado enfrentandose a insurgentes adolescentes valencianos armados con ladrillos, eso sí, llenos de hojas sueltas.
Atónito estaba ante semejante esperpento y brutalidad policial, sin sentido y sin medida…sonaron clarines y timbales, cambio de tercio…ya la imagen y la noticia hablaba de la llegada de un presunto Duque de Palma uy, uy perdón, perdón que ese cargo ya lo tiene confirmado. Ateniendome a que en este país, cualquier cosa que suene a Borbón, duque y demás prebendas nobiliarias hace la delicia de muchos listos y de no menos bobos; la llegada de tal noble es digna de ser cabecera del parte, aunque su presencia sea simplemente preparar la defensa, aún no ha sido condenado.
Aún en mi mente la brutal imagen de los estudiantes, en mi retina el duque, el duque y los estudiantes…y zass!! de mala leche al recordar el sentir que el Duque consorte nos hizo saber a través de su abogado, que estaba indignado ¿Indignado?

Los estudiantes indignados, Iñaki indignado…algo chirriaba en mi  cabeza ante semejante paralelismo. ¿Cómo dos situaciones tan diferentes pueden acabar en el mismo sentir? 
Daba vueltas a idea, que posibles razones había para aquello y a punto estaba de ser Dustin Hoffman frente a las cerillas derramadas cuando resonaron en mi cabeza las palabras “beduino algunas palabras pueden tener otro significado totalmente diferente para el que son usadas”. Eureka, esa era la solución.
Iñaki y los estudiantes usan la misma palabra con significado totalmente diferente, no podía ser de otra manera. Y, ante la ausencia de dicha beduina, Google era la solución de urgencia…“indignado raeBuscar... respuesta rápida al pulsar sobre la RAEla palabra no está en el diccionario”.

Así que, ante la ausencia de definición por parte de las instituciones, otra vez solo me quedo buscar por mi mismo los motivos y razones para que un Duque este indignado del mismo modo que estudiantes y otros tantos españoles… y creí que era lógico que el camarada Iñaki se sintiese así. Desde que matrimonió con la Infanta se ha acostumbro a un trato a una posición. Pasó de ser un chico normal, con estudios normales, con vida normal, con sueldo normal a ser yerno del Rey y eso en esta patria “per se” es un máster.

El ya honorable Duque, se acostumbro rápido a un trato especial, a ser diferente, a que todas las puertas se abrieran sin necesidad de ser empujadas y ahora que parece que todo eso cambia está “indignado”. Esta indignado porque los demás hacemos uso del derecho a opinar. Se indigna ahora y se rio entonces cuando dijo que le costaba llegar a fin de mes poco antes de comprase semejante casoplon, más digno de la familia Ruiz-Mateos.

STOP. Paro y pienso en cual puede ser el problema y encuentro la solución, no esta en la semántica, es la conjugación; seguro no quiso decir que estaba indignado como tampoco quiso decir que no llegaba a fin de mes. Todo eso lo provoco su problema, la conjugación.

Había tenido la solución ante mi todo el rato, bendito Google!!…el duque no está indignado!! Es indigno!! y eso es seguro lo que nos quiso transmitir. Ahora ya estaba claro, el mismo verbo, conjugación errónea…Todo encaja hasta en mi cabeza.

Así que, mi querido Iñaki, ahora que todo esta entendido acepte un beduino consejo, aún no siendo digno de dárselo. Prepare dignamente su defensa, no haga más declaraciones que nos indignan al resto, encomiéndese al jurado del señor indignante Camps, y a todos sus Santos para demostrar que de verdad usted no es tan indigno como parece.

De repente, no se muy bien porque me apetecío oir “I fought the law”...digna de un momento así...y por fin, la ley gano. Esperemos que esta vez sí...

viernes, 17 de febrero de 2012

Cuentos...soleados

Serían las doce de la noche cuando me di cuenta que en las últimas 24 horas no había bebido agua...
Busco su sabor, como siempre, en los hielos del tinto de verano, en el picadillo de las caipirinhas y hasta en algún trago rico en cloro dado en la piscina. Nada de esto funciona, es como si alguien me clavase agujas en el cerebro…lo que algunos tecnicistas hacen llamar "dolor de cabeza", yo, prefiero llamarlo predisposición a la desgracia.
Y la desgracia llega rápida y veloz en forma de sobrino: “Tío, cuéntame un cuentooooOOO”. Intento zafarme ¿No se ninguno? ¿No vas al colegio para evitar esto? ¿No te regale libros y cuentos por tú cumple? Se defiende argumentando que con mis cuentos puede escoger al protagonista…y claro con esa carita y eso ojitos que me pone…escoge y escoge: “El Batman blanco”.
– ¿El Batman blanco? –el niño asiente con una mordida sonrisa. Mentalmente, tiemblo en pensar en un sobrino madridista y eso no, no ha podido pasar en mi familia. Empiezo a buscar un héroe blanco…y mi ingenio solo me conduce a trasladar la historia a Copito de Nieve y mezclarlo con un famoso murciélago pero albino así que sitúo la historia en el Zoo de Barcelona, pero rápido el niño aclara: “El Batman blanco, tío!, Benedicto XVI, que va a Madrid a salvar España de la crisis de relativismo”….silencio!
Deduzco entonces que ha estado charlando con los hijos de los vecinos, con los once! hijos del vecino. Unos días antes les vi jugando a bautizarse en la piscina y dice mi hermana que van por ahí disparando con pistolas, que su padre les hace creer que van cargadas de agua bendita. Benditos todos ellos. Por lo que he podido deducir, los ha convertido en una especie de comando Delta Force de evangelización, un batallón de cristianos de choque o algo así.
Espero que a este manguan que tengo por sobrino no me lo hayan intoxicado. Y lo espero durante poco tiempo porque el niño aclara: “Tío, cuéntame cuando el Batman blanco limpia Sol de perroflautas (pausa, mirada)…como tú”.
Si no me doliese la cabeza de ese modo, me cabrearía, pero opto por lo práctico: doy al niño por perdido y empiezo: “El Batman blanco tiene el papamóvil aparcado en la papacueva de orooo blanco cuando recibe un aviso de “Esperanza” que un grupo de jóvenes que no canta Alabaré está intentando tomar la Puerta del Sol”. El niño sonríe complacido. Murmura algo así como: “Ahora veréis la cólera de Dios, ninis”. Yo que soy un tío modelo puedo consentir que el niño tenga fe, incluso un ídolo, pero que tire por el Antiguo Testamento, eso no. Le doy una vuelta a la historia para probarle: “Entonces el Batman blanco llega a la asamblea de Sol, pide el turno de palabra y establece un diálogo con los indignados para alcanzar un consenso...”.
El niño se vuelve loco, se retuerce y me pregunta si estoy satisfecho con la crisis moral en la que vive España, en la que nadie se indigna con los que niegan a Jesucristo. Yo respondo que en Sol hay muchos cristianos de base, de los que no van por ahí disparando agua bendita. Él me mira con odio, se da media vuelta, se aleja y amenaza: que Dios nos pille confesados.
Me sirvo un Macallan sin hielo, único para el dolor de cabeza, pongo un disco de Johnny Cash y miro al cielo. Veo brillar las estrellas que allí son soles. Sé que siempre están ahí, pero sólo reparo en ellas cuando estoy de vacaciones. Espero que a mi sobrino le ocurra lo mismo con su Batman blanco... Creo que no me arriesgare así que mañana el cuento se lo contaré en el jardín, le serviré un Macallan con galletas y él solo comprenderá que Dios se llama Johnny Cash y que es mejor que no nos pillen confesados nunca. Si todo va bien es posible que me pida otro trago…por el relativismo..

lunes, 13 de febrero de 2012

Burbujas de jabón

...uno no muy antiguo...y todavía demasiado actual...
Aún no ha sonado el despertador pero él ya está despierto, angustioso y desesperadamente despierto. Como cada noche. A su lado, agotada, descansa su mujer, tan agotada como confiada. Toda su familia está en casa. Los niños duermen en la habitación continua. Comparten dormitorio ya solo hay dos en el piso. Es de alquiler y está situado de nuevo en la periferia. La otra casa se la comió el banco, que para él es como un gigante antropófago, lo mismo que el Mercado.
El Mercado, La Banca, Lehman Brothers, la burbuja inmobiliaria, todos ellos le parecen conforman una tribu de colosos carnívoros destinados a destruir el mundo, su mundo. Ni siquiera logra distinguir unos de otros. Él ya solo es un albañil más en paro que hace trabajos cobrando en negro, para poder subsistir.
Él se levanta sin hacer ruido. Su esposa tiene el sueño pesado y él ha aprendido a moverse como un felino por la casa. Tiene las horas contadas antes de que a ella le suene el despertador. Limpia en unas casas por las mañanas y otras por la tarde. Cobra poco, se queja menos, y a los ricos que ahora son solo un poco menos ricos todavía les incomoda ensuciarse las manos con su propia mierda.
Observa a su mujer en la penumbra mientras se viste. Le cuesta más quererla que antes, y sabe que a ella le pasa igual, a fracasado. Las facturas, los inconvenientes y los números rojos no dan respiro ni para eso.
Piensa "Burbuja". Esa era una de las pocas palabras que mejor entendía de todo aquel rompecabezas financiero. En ocasiones, cuando los niños juegan a lanzar pompas de jabón en el parque, las observa flotando durante unos segundos antes de explotar. Así se había sentido él hasta hacía unos años: flotando. Dejó los estudios pronto porque sobraba el trabajo. Trabajaba muy duro y lo ganaba bien. La cortejó mientras ella aún iba al instituto. Él tenía coche, es unos años mayor y tenía el dinero para invitarla a lo que fuera. Ella lo miraba como a una especie de héroe. Se casaron y fueron padres. Presumían de lo que tenían. Y se sentía un ganador.
Luego la burbuja que como la de sus hijos, explotó, y de repente no quedaba nada de todo aquello. Tuvo que cambiar el Audi por un utilitario, devolver la casa al banco y continuar pagando una deuda que superaba su valor. No sabía y no entendía cómo. Hubo que sacar a los niños del colegio privado y meterlos en el del barrio. Se acabaron los mimos y caprichos con los que se habían criado. Ya no había para tantos juegos ni para la última consola del mercado.
Cada una de las preguntas que hacían acabó teniendo la misma respuesta. ¿Por qué nos cambias de barrio, de cole? ¿Nos compras esto o aquello? Y la respuesta, siempre la misma "No hay dinero". Y cada vez que la pronunciaba se sentía más y más un perdedor. Ya ni ella ni los niños lo miraban como un héroe, ni sus viejos compañeros del colegio que lo vieron tener de todo.
Como cada madrugada, coge el viejo utilitario y conduce por las venas de la ciudad para buscar aparcamiento frente al mismo edificio. Allí, solo, puede dejar de sentirse un perdedor por unas horas. Ella no sabe que va allí. No lo comprendería. No sabe que necesita que lo vean un rato como alguien diferente.
Coge del asiento trasero el ordenador portátil, de lo poco que no habían sucumbido con la excusa de que les hacía falta a los niños para los trabajos del colegio. Busca la misma wifi que usa cada noche.
Se conectó y tecleó su contraseña en un juego de red gratuito. Bienvenido "Lehman Brothers" responde la pantalla, él no sabe exactamente lo que es, ni lo que significa. Lo usa porque quería un nombre que de miedo, y a él ese se lo da. Le hace sentir un gigante poderoso. Como cada amanecer, acepta una misión que podrá terminar en algo más de una hora. Tendrá que rescatar o acabar con alguien; quizá acompañar a alguien en un peligrosa travesía. Allí él es Lehman Brothers, un avatar de alto nivel que cuenta con buena reputación. Juan, necesita ese mundo para no olvidarse de lo que es ganar, para dejar de sentirse siempre un perdedor.
Lola no lo sabe.  No lo comprendería

miércoles, 8 de febrero de 2012

Intento de presentación.

Nunca la primera vez fue fácil…y esta vez no podía ser de otra manera, siempre que invado el campo de lo desconocido recorren en mi unos nervios por temor a lo desconocido, al rechazo o por lo que aquellos que dicen saber llaman, abandonar la zona confortabilidad. 
Hace tiempo que escribo, no mucho y quizá más de lo que debería pero lo cierto es que por mil o solo una razón tengo un blog!…y está su primera entrada ¿se dice así, no? Quizá lo más correcto sería pedir disculpas aquellos que escriben porque saben lo escriben y dicen con sus textos lo que realmente quieren.
Quizá este blog que hoy comienza sea un irreverencia hacia todas aquellas personas que siempre han tenido vocación y capacidad por y para la escritura. O quizá no?.
Lo que tengo escrito, no mucho y si muy dispar quizá lo cuelgue aunque este pasado, lo que tengo por escribir…ya llegara, si llega porque las musas nunca han sido fieles conmigo, ni yo con ellas…así que aprovechare esos textos que aunque pasados o desactualizados ahora y hoy; ya me apetece compartir con…con quien haya ahí.
Por cierto; Hola, que no había dicho nada y gracias por leerme.
Como en toda primera vez debe haber una presentación…y no iba a ser menos este beduino que siendo pequeño, quiso ser futbolista, músico que no cantante, actor y jjjj hasta veterinario!!. Si lo pienso, creo que el que más cerca ha estado de alcanzar mis sueños es Álvaro de Benito, breve actor en Los Hombres de Paco, jugador de mi odiado Real Madrid y dicen que canta en Pignoise… Yo en mi caminar lo voy consiguiéndolo, a mi manera, juego al futbol "con los amigos", actúo de lunes a viernes en doble sesión y con una hora para comer, hago ruido con algún instrumento,...y ahora hasta tengo un blog.
Me gustaría, dejar de actuar, para hacer aquello de lo que algunos hablan en especial ensoñación, mi vocación. Otros dicen que eso es una leyenda urbana. Algunos intuyen que la vocación es como el amor, un invento para explicar actos inexplicables basándose en sentimientos no medibles. Los unos se enfrentan a los otros pero sea como sea, yo sí creo que exista una vocación, y además que todos la tenemos. Unos la siguen, y otros no; porque no quieren, no pueden o la pierden con el tiempo. Yo me declaro beduino porque sé que está ahí y que la encontrare.
Intentare ir colgando aquí mi visión del mundo de lo que me pasa por la cabeza, por mis ojos, por mis sentidos…no se cada cuanto…pero hoy empieza tengo la sensación de una bonita relación.

Gracias por llegar hasta aquí.