martes, 10 de abril de 2012

El día que vi Matrix

Hoy queria realizar una pequeña demostración y como toda beduina demostración debo partir de una premisa irrefutable: “las croquetas de mi madre son las mejores del mundo” y como anexo a esta verdad la contestación, no menos cierta e universal que mentalmente estaréis repitiendo “las de la mía son mejores, seguro”.
Añadiré también que soy de los que piensa que si alguien sabe hacer algo mejor que tú para que evidenciar y ofrecerse a todo tipo de correcciones, por su parte. Mejor dejar disfrutar de su maestría a cada maestro.

Con estos datos jamás sentí, ni había tenido inquietud alguna por hacer una croqueta. Tenia decidido no meterme en ese mundillo mientras mi santa madre, una eminencia en el tema, no estuviese en la gloria…y es que las hace tan buenas y las coloca tan bien en el tupper que para que meterse a zacolero como ella dice.
Aún así el otro día, caprichos del destino, abrí inocentemente la nevera para picar algo. Ante mi carne de cocido dominguero(heredado), huevos y leche. Para mi sorpresa no los vi por separado, no! al más puro estilo Neo en Matrix vi "cocretas”. Ojiplatico ante semejante revelación gastronómica. Evidenciada esta por la ausencia alguna de alteraciones extracorporeas que me hiciesen dudar, Semana Santa que era y la poca gente en Madrid que habia hicieron el resto. Sustitui de inmediato la chupa de cuero por el mandil, la pastilla azul por la de avecren y me puse manos a la masa.

La primera parte parcialmente sencilla picar un poco de esto, un poco de aquello, harina, leche, remover para hacer la masa y pase que pase quedo con pinta de masa de croquetas. Tan bien parecida era que a punto estuve de cometer uno de los errores de mi vida; llamar a mi beduina madre para dar por cerrado el trato madre-crocreta-tupper. Menos mal que no lo hice o que ella comunicaba porque el secreto de las croquetas no está en la masa, no! esta en hacer esas bolitas semiredondas, semiovaladas...

Describo la situación, sobre la encimera huevo batido, pan rallado y una masa de croqueta más que digna…pero se necesita algo más que eso para entrar en el Olimpo de las croquetas, se precisa de algo más para hacer bolitas una a la imagen y semejanza de la otra. Para mí, después de no poco rato, mucha cabezonería y alguna consulta al oráculo google resulto imposible. Acabaron todas diferentes, irregulares  y con pinta de mini escarolas empanadas…frustante pero demostrado.

Apure la cerveza que quedaba, restituí la chupa de cuero, cogí mis gafas de sol, deguste una última croqueta y salí hacer el crápula.
Y es que cada maestro debe disfrutar de su maestría.

4 comentarios:

  1. Las croquetas de mi madre son congeladas, buuuu... Así que estoy segura que las de la tuya deben de ser mejores!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pero eso no puede ser!!
      Has estado a punto de tirar por la borda mi demostración. Menos mal que recorde que toda regla tiene su excepción puff!!!!

      Veré lo que se puede hacer para que pruebes las señoras croquetas y juzgues por ti misma…hablo de las de madre yo dimití

      Eliminar
  2. cuando hablas de pastilla azul..... vamos, que estás hablando de pastilla azul no?....

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Cuando hablo de pastilla azul...hablo de ver matrix, de dejar de ver pollo, jamon, harina y ver croquetas...pero ni pastilla azul ni na'.

      Eliminar