lunes, 12 de marzo de 2012

Retales en la memoria

Suena el móvil y es domingo, son las ocho de la mañana. A pesar de las circunstancias, esta vez no me sobresalto, inconscientemente espero la llamada. Al oírlo aprieto el móvil y respiro hondo antes de contestar, no necesito mirar la pantalla, ni siquiera la hora. Automáticamente, respondo demasiado despierto quizá:
  • Buenos días mamá, esperaba tú llamada. 
  • Felicidades hijo ¿Cómo estás? 
  • Bien, mamá, estoy francamente bien. 
  • Pues eso hijo, que feliz cumpleaños. Descansa que es domingo pero no podía esperar, ya lo sabes. Su voz suena tristemente alegre.
  • Mama. Sabía que me llamarías. Confirmo mientras asiento con mi cabeza y siento al otro lado del teléfono su sonrisa emocionada.
  • Vienes luego a verme ¿verdad? 
  • Si mamá, claro, luego voy a verte.
  • Tú padre anda por aquí pero no se quiere poner, dice que cuando vamos acabar con una costumbre tan macabra, que tú cumpleaños es en diciembre. Vamos! como si no lo supiéramos.
  • Ya sabes cómo es, no te preocupes, si lo hace por protestar pero se acuerda y se alegra tanto como nosotros.
  • Claro hijo, claro, como no se va alegrar.
  • Bueno mama, gracias por acordarte, hablamos.
  • Claro pequeño, perdona que me emocione y siga felicitándote pero me acuerdo y se me pone un nudo en la garganta. Ya sabes como me siento y que me parece muy raro alegrarme un día así sabiendo lo que pasaron otros tantos.
  • Déjalo mamá, digo apretando el móvil, no lo pienses, las cosas fueron desgraciadamente así.
  • Hasta luego, sabes que te quiero, verdad.
  • Claro que sí mamá. Un beso.       
Automáticamente, nada más colgar el teléfono busco en mi cuaderno, algo parecido a un diario, que empezó el doce de marzo del 2004, hace ya ocho años! Pocas frases, titulares podríamos llamarlo pero esa frase, aquella frase me hace sentir un escalofrío en la espalda “han querido matarnos a todos, pero no han podido.”…no sé muy bien porque, cada 11 de marzo de nuevo la escribo, la misma frase, emocionado pero feliz de poder escribirla, algo tan sencillo me hace sentir vivo. 

Los recuerdos son cada vez más difusos, el caos de aquel día empieza a dispersarse en el caos diario de la memoria, otras hojas caen sobre esa historia pero ninguna afortunadamente como aquella. Pasa el tiempo y no me olvido.

A todos los que no pueden escribir esa frase a todas las que no pueden felicitarnos el día 11 de Marzo.

10 comentarios:

  1. Y por qué el hijo no le dice a la madre que la quiere también, está torcido?......

    me ha encantado, qué sinsentido todo aquello que ocurrió, y cuántas vidas destrozadas para siempre...

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    1. Un sinsentido, sin lugar a dudas. Intentar imponer ideas y pensamientos basandose en el miedo y el dolor...

      Quiza el hijo no mande besos por telefono porque tiene la suerte de poder darselos en persona.

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  2. Que llorera Beduino, que llorera al leerte...

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    1. Son sentimientos contrapuestos, pena por todos los que no pueden ser felicitados y alegria por poder felicitar a los que lo superan cada día.

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  3. WOW....sin palabras!!

    "Han querido matarnos a todos, pero no han podido" simplemente espectacular!

    Como dice MdB, un sinsentido todo lo que sucedió!

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    1. Lo intentaron y desgraciadamente lo consiguieron. Esperemos que nunca más tengamos que lucir crespones negros por nadie.

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  4. Felicidades, yo también revivo en parte una tristeza profunda y una alegría tremenda de que hubiera huelga de profesores, a día de hoy se me habrían ido 20 y no dos. Un beso!

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    1. Muchas gracias, felicidades a ti también por poder seguir enseñando a todas esas personas...

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  5. Muchas gracias!!!
    Afortunadamente nosotros tenemos la suerte de seguir escribiendo y felicitandonos. Bueno, por lo menos lo intentamos.

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