martes, 6 de marzo de 2012

Asfalto patrio...

Hace tiempo que lo llevo pensando, analizando y creo que hoy ya puedo hacerlo público y publicarlo. Mi teoría y conclusión sobre los avances tecnológicos y comportamientos que nos ofrecen en exclusividad las carreteras españolas. No voy hablar de como una afable ama de casa puede llegar a transmutar en un tiburón hambriento al volante, que también se da junto con otras reacciones. Me referiré a fenómenos que solo se dan en este nuestro asfalto patrio.

Me explico:

Mi coche, mi pequeño utilitario de apariencia normal, de acabado normal debe tener y tiene una especie de Kers que hace acelerar a los demás coches en lugar de acelerar el mio. Este sistema, el resto de los conductores creo que lo hacen llamar intermitente. Os explicare como funciona el mí coche por si queréis comprobar que también el vuestro lo tiene, es muy fácil. Poneros en el carril derecho, esperad a encontraros con un coche a vuestra velocidad id en paralelo y poquito a poco situaros delante por su derecha, esto es lo más difícil,…, entonces y en ese instante accionar el intermitente, la reacción si lo tenéis es inmediata, el coche cobaya, en el carril izquierdo, acelerará para “permitir” tú maniobra….¡eso sí, detrás de él!!! No falla. No hay coche, no hay conductor que no haya caído ante el poder de mi kermitente.

Pero eso no es todo porque analizando mis vivencias al volante descubrí hace tiempo una de las mentiras más grandes de la ciencia. Este error de definición física no ocurre solo mi coche, si bien, puedo decir que esta muy focalizado. Esta mentira es, el nanosegundo ¿Dónde creíais que había salido tal medida? ¿De sirve? Qué nos aporta saber, conocer que algo dura la milmillonésima parte de un segundo, ¿Cómo se escribe eso con números?...cuando ya un segundo nos parece muy poca cosa. Pues sí, ante tal descubrimiento y de forma irrefutable puedo afirmar que el nanosegundo surge del semáforo madrileño. Y es, por definición, lo que tarda el Nano que va segundo en tocarte las pelotas, perdón, digo el pito en cuanto el semáforo se pone verde....

Y es que la DGT debería invertir e investigar este tipo de comportamientos y avances físicos naturales, que nos ofrecen las carreteras nacionales en pro de la humanidad…no vaya a ser que la selección natural este mutando y solo queden por las carreteras aquellos que reaccionan ante el kermitente con la velocidad de un nanosegundo.
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario